Siga su Ritmo Biologico
El dormir y el despertar funcionan como un mecanismo de reloj pues en el cerebro existe un cronómetro químico conocido como el reloj cirujano o biológico. Circadiano se refiere a un periodo de 24 horas. Muchos ritmos biológicos del organismo se relacionan con el cronometro circadiano: secreción de hormonas, proteínas y enzimas; fluctuaciones en la presión arterial y regulación en la temperatura corporal. El sueño esta íntimamente relacionado con el reloj biológico, el cual pone una serie de acontecimientos internos.
Uno de los ritmos biológicos más importantes es la secreción de la hormona melatonina. Parece que esta es la forma mediante la cual el cuerpo nos manda a dormir. Durante las horas del día , hay muy poca melatonina en el cuerpo, sin embargo, aumenta durante la noche y contribuye a tener la sensación de somnolencia.
“La liberación de melatonina sigue un programa fijo”. La hormona nos dice cuando acostarnos. Por eso, al cruzar varios husos horarios al volar de EUA a Japón, experimentamos el llamado jet lag o desajuste horario. Cuando aterrizamos en Tokio después de volar sobre medio mundo, nuestro reloj biológico no esta sincronizado con la nueva ubicación. Por ello, no cae bien una larga siesta después de una cena de sushi y sake durante nuestra primera noche en Tokio, pero nuestra mente y nuestro cuerpo seguirán en la hora de Chicago, San Francisco o Nueva York, listos para desayunar café y rosquillas. Aunque usted quiera, el sueño no llegará.
Haga lo que haga para corregir el reloj (tomar cafeína, dormir o tomar píldoras de melatonina), no lograra vencerlo. Si usted sufre un desajuste horario en Tokio, tendrá que aceptar que sus ritmos cardiacos estarán fuera de sincronía durante algunos días hasta que su ciclo de sueño y vigilia se ajuste al horario de Tokio.
Muchos conocemos el desajuste horario, hayamos viajado o no a Tokio; sin embargo, no tenemos la capacidad de conocer las extremidades del reloj biológico. Este debe reiniciarse de modo constante parar conservar los ciclos de temperatura corporal, presión arterial, hormonas y patrones en intervalos regulares, Incluso, aunque parezca extraño, el reloj interno se mueve mas rápido que las 24 horas del reloj común. Pero el aviso mas importante para dormir o para levantarse es la luz de día. La luz del sol, aunque este nublado, que llega a nuestros ojos nos indicaran que no es hora de dormir.
El despertar y el dormir ascienden o descienden con la temperatura corporal. La diferencia entre sus altos y bajos o puntos pueden ser menor que 1.6 grados centígrados, pero ese cambio se debe a una respuesta diferente. Cuando la temperatura corporal se encuentra a su punto mas bajo entre las 3 y las 6 a.m., el sueño resulta imprescindible. “Su estado alerta se desvanece, pierde la atención y, si esta despierto, puede sentir tanto frío como para ponerse un suéter”.
Otro punto bajo se da a media tarde, a la hora de la siesta. A pesar de la luz, uno trata de dormir o de tomar dos tazas de café para estar alerta.
Durante estos periodos de somnolencia, pasamos por una fase ascendente, en la cual se incrementa la temperatura corporal, fluye la adrenalina y también se eleva el estado de alerta. Es por eso que podemos estar despiertos toda la noche y tener un segundo aliento en la mañana, el cual nos permitirá seguir activos hasta la tarde.
Los Turnos de Trabajo y el Sueño
Si usted trabaja turnos extras o en la madrugada, corre el riesgo de tener accidentes relacionados con la somnolencia o con deficiencias de sueño. La persona cuyo trabajo le exige estar bien despierto a las 2:00 a.m. se enfrenta con su reloj biológico.
Un 20% de los trabajadores cuyos horarios son extraordinarios se duermen en el trabajo, y muchos dormitan por ratos, cuando el cerebro entra en periodos de “microsueños”.
Estos trabajadores casi siempre tienen un déficit de sueño pues duermen de 5 a7 horas menos a la semana que quienes trabajan de día.
Si usted trabaja de noche, la puede ser difícil dormir de día. Puede estar malhumorado e irritable, tener problemas gástricos y hasta depresión. Algunas personas sobre todo de edad avanzada, simplemente no toleran los turnos extraordinarios.
